NUNCA HUBO MILAGRO
Banach y Tarski se encontraban gesticulando y argumentando, en el mismo cubículo, frente a un inmenso pizarrón verde, cuando demostraban el teorema que a la postre sería conocido como la Paradoja de Banach-Tarski: dada una bola sólida en $\mathbb{R}^{3}$, existe una descomposición de esta en un número finito de subconjuntos disjuntos que se pueden juntar otramente para producir dos copias idénticas a la bola original. Justo cuando terminaron la prueba, ambos callaron y se miraron muy contentos. Tarski hizo una pequeña aspiración y retuvo el aire un instante hasta que finalmente, absorto, le dijo a Banach: "Ahora sabemos cómo fue que Cristo multiplicó los peces y el pan".
Autor: Enrique Ruiz.
Postdata. Leí este cuento por vez primera en 2016: no obstante, debo de confesar que estuve aguardando su aparición desde aproximadamente el primer semestre de 2004 pues fue más o menos in illo tempore que el Prof. Vulfrano T. me comentó que la multiplicación de los panes y los peces se podía conectar con el Axioma de Elección.
2 comentarios:
El problema es que dicho teorema no aplica a objetos físicos.
MATEO 19:26.
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